La poesía es que cada vieja palabra sea nueva, es como un significado único que se crea y se desvanece en el poema.
Un ejemplo, no el mejor pero sí uno muy fácil de entender es la autobiografía de J A Goytisolo.
JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO
Autobiografía
Cuando yo era pequeño
estaba siempre triste
y mi padre decía
mirándome y moviendo
la cabeza: hijo mío
no sirves para nada.
Después me fui al colegio
con pan y con adioses
pero me acompañaba
la tristeza. El maestro
graznó: pequeño niño
no sirves para nada.
Vino luego la guerra
la muerte -yo la vi-
y cuando hubo pasado
y todos la olvidaron
yo triste seguí oyendo:
no sirves para nada.
Y cuando me pusieron
los pantalones largos
la tristeza en seguida
cambió de pantalones.
Mis amigos dijeron:
no sirves para nada.
En la calle en las aulas
odiando y aprendiendo
la injusticia y sus leyes
me perseguía siempre
la triste cantinela:
no sirves para nada.
De tristeza en tristeza
caí por los peldaños
de la vida. Y un día
la muchacha que amo
me dijo y era alegre:
no sirves para nada.
Ahora vivo con ella
voy limpio y bien peinado.
Tenemos una niña
a la que a veces digo
también con alegría:
no sirves para nada.
No siempre, no siempre se desvanece. Este blog, por ejemplo, no sirve para nada.