Cuando regalas una taza regalas también la posibilidad de que se rompa.
Cuando regalas un cuchillo regalas también la posibilidad de que corte.
Cuando regalas un reloj regalas también un final al tiempo.
Cuando regalas un teléfono regalas también la posibilidad de que no sea contigo con quien quiere hablar.
No por eso vamos a dejar de regalar teléfonos, relojes, tazas o cuchillos. Simplemente un regalo deja de estar controlado en el momento en que pasa a formar parte de la vida del otro.
Deberes:
Haz un regalo que te dé miedo hacer (Grado de dificultad: 4)
5 comments:
Regalo la mordaza de la que pude liberarme.
regalé mi libertad...
regalé mis pensamientos
Mi capacidad de decir lo contrario de lo que pienso.
La llave de la cajita donde guardo su corazón, que está en el hueco que él dejó al llevarse el mío.
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