Monday, November 16, 2009

La otra orilla

Progreso. El Dios Progreso. El intocable Dios Progreso. Desde que Kant explicó cómo teníamos que salir de la minoría de edad hemos tratado de caminar siempre hacia adelante, siempre más arriba, más altos, más cómodos, con muchas más cosas a nuestro alrededor. Si hemos llegado a nuestra mayoría de edad ha sido a costa de cargarnos de información, de objetos, de aspiraciones para ser mejores que los demás, o más ricos, o más llenos de experiencias, como quien acumula fotos de lugares exóticos en los pesados álbumes de la estantería de su salón.

Sí. Somos mayores. Muy mayores. Dentro de nosotros tenemos toda esa información, esos objetos, esas experiencias, esa cantidad ingente de fotografías. Todo nuestro interior es un inmenso gran laberinto que nos esconde a cada uno dentro de sí mismo. Somos tan mayores que nos hemos vuelto incomprensibles. No sabemos, no queremos saber lo que motiva en el fondo cada una de las acciones humanas.

Borges lo dijo, que la creatividad era un laberinto en donde lo difícil de encontrar no era la salida, sino la entrada. Pues bien ¿cómo nosotros, adultos, mayores de edad, podríamos encontrar esa entrada? La solución es tan fácil que nos da miedo mirarla cara a cara, pues nos exigiría la renuncia, el abandono, el dejar atrás todo lo que creemos ser, todo lo que el mundo ha esperado de nosotros y volver a recuperar la infancia. La infancia no como inocencia, pues ya es imposible que seamos inocentes, pero sí la infancia como forma de estar en el mundo y dejarnos sorprender por él a cada instante.

No es necesario cargarse de más aprendizajes, sino recuperar el valor para no ser nada y entonces tener la posibilidad de serlo todo, de darle un nuevo nombre al mundo, de atravesar las aguas de la imaginación para alcanzar la otra orilla. ¿Y qué hay en La Otra Orilla? Todo lo que día a día negamos como parte de nosotros, lo que vemos de lejos, lo que despreciamos, lo que nos resulta extraño y ajeno. Cuando emprendemos este viaje sin retorno nos damos cuenta de que lo extraño forma parte de lo propio, nos hacemos conscientes de que no existe un abismo entre la realidad y el deseo, sino que son nuestros deseos los que transforman, los que nombran la realidad.

Tendremos que adquirir la limpieza, la flexibilidad de una hoja de papel, una simple hoja de papel que se podrá convertir, con unos sencillos pliegues, en casi cualquier cosa. En una hoja de papel ya existen todos los deseos, todas las formas, todos los universos. Así lanzaremos nuestros deseos como pajaritas, como palomas que extienden sus alas y después ya poco podremos hacer, porque los deseos tienen vida propia, porque en cuanto toquen el suelo se transformarán ellos también en otra cosa, porque adoptarán distintas formas, olvidarán sus pliegues como nosotros hemos tenido que olvidar todo lo aprendido y llegarán ellas también a la otra orilla, esta vez como barcos, que flotan y se adaptan a las caprichosas razones del agua.

Sólo podremos entendernos si nos olvidamos. Sólo podremos vivir si dejamos que muera todo lo superfluo. Sólo podremos ganar si abandonamos. Sólo podremos crecer si somos niños siempre.

Saturday, November 07, 2009

Niños

Una gran ley: DEJA HABLAR AL NIÑO

"Desearía dejar hablar al niño, retroceder sin llegar a interferir, pero en vez de eso lo exploto, le robo, le vacío los bolsillos, sus notas, sus dibujos, para mostrar a los adultos qué promesas cumplió y cómo incluso sus defectos fueron virtuden en estado embrionario. Convertí mi robo en una atractiva señal de tráfico, casi en toda una autopista Y por ello escribí otro libro, como si no hubiera sabido desde el principio, como si no hubiera sospechado que difícilmente hubiera podido ser de otra manera; que todos los intentos de componer los recuerdos según un estricto protocolo y sin comentarios son una mera ilusión. Comenté, interpreté, hablé demasiado. Y hablé de secretos y juguetes que no eran míos --pues ya no tenía secretos ni juguetes--, y cavé una tumba para ese jovencito... y lo enterré. Una tumba meticulosa, precisa, como si hubiera escrito sobre alguien inventado, alguien que nunca vivió, cuya voluntad y designios podrían labrarse según las leyes de la estética. No jugué limpio. A un niño no se le trata así."

Stanislaw Lem

Wednesday, November 04, 2009

Desmitificaciones

Desmitifica al autor que más te plazca.

“Es curioso el caso de Sabato: ha escrito poco, pero ese poco es tan vulgar que nos abruma como una obra copiosa"

Bioy Casares

Wednesday, October 21, 2009

La convergencia de los dos

The Convergence of the Twain

Thomas Hardy (1912)



(Lines on the loss of the "Titanic")

I

In a solitude of the sea
Deep from human vanity,
And the Pride of Life that planned her, stilly couches she.

II

Steel chambers, late the pyres
Of her salamandrine fires,
Cold currents thrid, and turn to rhythmic tidal lyres.

III

Over the mirrors meant
To glass the opulent
The sea-worm crawls -- grotesque, slimed, dumb, indifferent.

IV

Jewels in joy designed
To ravish the sensuous mind
Lie lightless, all their sparkles bleared and black and blind.

V

Dim moon-eyed fishes near
Gaze at the gilded gear
And query: "What does this vaingloriousness down here?". . .

VI

Well: while was fashioning
This creature of cleaving wing,
The Immanent Will that stirs and urges everything

VII

Prepared a sinister mate
For her -- so gaily great --
A Shape of Ice, for the time fat and dissociate.

VIII

And as the smart ship grew
In stature, grace, and hue
In shadowy silent distance grew the Iceberg too.

IX

Alien they seemed to be:
No mortal eye could see
The intimate welding of their later history.

X

Or sign that they were bent
By paths coincident
On being anon twin halves of one August event,

XI

Till the Spinner of the Years
Said "Now!" And each one hears,
And consummation comes, and jars two hemispheres.

Thursday, August 20, 2009

Ahijadas

Haz como ella y apadrina una palabra, que las palabras son buenas ahijadas.

Paseos

Escribe una guía de viajes de tu propia ciudad.
(También puedes añadir o puntualizar detalles en la mía)

Aquí está Gijón:

Gijón es un buen lugar para dar paseos junto al mar. Puedes pasear horas y horas sin abandonar la costa en ningún momento. Si vas de la playa de San Lorenzo hacia la derecha te encontrarás primero con "La lloca del Rinconín", una escultura de una madre despidiéndose de su hijo que emigra. Es una de las estatuas más emblemáticas de la ciudad. Junto a la Lloca, en un parquecito, hay otra escultura. En este caso es una escultura abstracta hecha con imanes muy potentes, que la mantienen en equilibrio en el aire. Justo en el hueco donde los dos trozos de metal se atraen sin tocarse podrás ver un montón de moneditas rojas e incluso alguna lata de refresco (cualquier cosa que sea atraída por un imán). Puedes probar suerte con una moneda, a ver si se queda pegada en el imán.
Camina más y encontrarás sorpresas como un banquete de marmol servido en la roca o un viejo vagón de tren.

Si sigues caminando encontrarás la playa de Peñarrubia, la playa nudista más famosa de Gijón, pero te aconsejo que andes un poco más, cruces un prado que está un poco más allá y desciendas por unas escaleras junto al mar. Allí está un peñasco que se llama "la isla de la tortuga" y está junto a la playa de Peñarrubia pero sin los agobios de la arena y de la gente. Si el mar está tranquilo te puedes bañar y también puedes hacer nudismo.
Sube el prado que dejaste atrás. Arriba del todo está el mirador de la Providencia. No es muy bonito como construcción, pero puedes subir a echar un vistazo. También puedes deambular por los alrededores. Hay una iglesia chiquinita con un aparcamiento que los jóvenes utilizan de picadero por las noches y algún que otro bar donde tomar una sidra y algún pincho.
Hasta aquí es un buen paseo, pero si quieres puedes seguir hasta una playa llamada "Serín". Está bajando unas escaleras anchas, no hay mucha gente, es nudista y el agua está bastante limpia. El problema es que al estar pegada a la montaña si te quedas hasta por la tarde en seguida se va el sol. Procura que no se te haga de noche en la playa, porque las escaleras no están iluminadas. Puede ser que haya luciérnagas y te iluminen el camino, pero yo no dejaría mi destino en manos de las luciérnagas.
Si quieres andar aún más se puede llegar hasta una playa llamada "La Ñora", pero tardas el día en ir y volver, así que tenlo en cuenta para preparar sandwiches y calzado cómodo.
En tren también puedes llegar a alguna playa en poco tiempo. Te aconsejo la playa de Perlora, que está al lado y es muy agradable y también el pueblo de Candás. La playa no es gran cosa, pero el pueblo es bonito y puedes tomarte algo en las terracitas junto al mar. También puedes comprar un dulce típico de allí que se llama "Marañuelas". Son unas galletas de mantequilla deliciosas.
Si te gusta lo dulce en Gijón hay confiterías magníficas, como Balbona y La Fé y también una heladería donde tienen el mejor helado de nata de la ciudad que se llama Islandia y está cerca de la plaza del ayuntamiento. Esta heladería es famosa por tener helados de cosas como queso cabrales y fabada, pero la verdad es que yo no me he atrevido nunca a probarlos, así que no te sabría decir.

En cuanto al lado izquierdo de la Playa de San Lorenzo... camina y encontrarás la escalera número cuatro, llamada La Escalerona. Allí suelen estar los habituales de la playa, los que se bañan todo el año, haga frío, calor, hiele o nieve. Forman parte de Gijón tanto como la sidra y la escultura de Chillida.
Una vez pasada la Escalerona te encontrarás en el barrio de Cimadevilla, el casco antiguo de Gijón. Allí está el Museo Casa Natal de Jovellanos, una casita encantadora con alguna que otra sorpresa (como las esculturas de Navascués), las termas romanas o la torre del reloj. Las vistas desde la torre del reloj son de las mejores de Gijón, así que no dejes de subir allí. En Cimadevilla encontrarás un montón de terracitas y sidrerías. Por la tarde puedes ir a tomar sidra a "La cuesta del Cholo", una cuesta que está al lado del puerto donde hay otro conjunto de caras habituales de la ciudad.
Por encima del barrio está El Cerro de Santa Catalina, donde hay una muralla romana y en lo alto la escultura de Chillida llamada "El elogio del horizonte" por el propio autor y "el váter de King Kong" por los gijoneses. Colócate debajo y escucharás el ruido del mar saliendo de la escultura. Mira el acantilado. Hay una hendidura bajo la escultura, donde van a follar los que quieren vivir emociones fuertes. Desde el Cerro se han matado tanto suicidas como amantes. No te acerques demasiado al borde.
A lo lejos verás unas bombonas gigantes de gas. Mira ese horizonte. La naturaleza y la industria se unen para formar el paisaje de Asturias. Asturias es naturaleza e industria juntas, no montañas, lagos y mares vírgenes. Pero tiene su belleza, si sabes mirar.
Por Cimadevilla puedes perder tardes enteras. Te aconsejo un bar llamado "La Corrada". Es muy agradable, tiene los mejores bocadillos que he probado en mi vida, buena música, un póster a tamaño natural de Leonard Cohen comiéndose un plátano, carajillos de puta madre y creo recordar que algún juego de mesa. Otro lugar para estar tranquila es el Atocha, que está en la misma plaza, los carajillos son los mejores de Gijón y hay ajedreces. Un poco demasiado tranquilo a veces, tenlo en cuenta. En esa misma plaza hay locales guapos un poco más nocturnos, como el Babylonia o el Aquelarre, y también el bar de los guays de la ciudad, que se llama La Plaza. Allí están pintores, artistas, modernos, gente de la noche y todo músico (o novia de músico) que se precie. Es un ambiente un poco cerrado pero te mentiría si te dijera que no es otro de los lugares donde puedes encontrarte con una de las caras de la ciudad. Todo el mundo se da mucha importancia, todo el mundo se cree algo.
Si quieres perderte por la noche, a partir de las 3 de la mañana tendrás que ir al Soho o al Bola 8, los dos en Cimadevilla y de sobra conocidos. Personalmente prefiero el Soho, pero no sabría decirte por qué.
Si te gusta el rock hay un par de bares en el centro de gijón. Los dos se llaman Savoy. En realidad el segundo Savoy es algo así como una sucursal del primero. El primer Savoy es más típico, antiguo, con mesa de billar y gente un poco más mayor. El segundo Savoy está en un sótano, es un sitio agradable, hay gente de todo tipo y suelen tener música en directo de grupos bastante decentes. Personalmente lo prefiero. Te aconsejo ir allí tempranito, a las 10 o las 11, después de cenar.
Y ahora dos de mis bares favoritos: El Dam y La vida Alegre. El Dam es un local con dos plantas, música ambiente perfecta para hablar de cualquier cosa, luz tenue bajo un barreño rojo, papel de la pared de bicicletas y pufs comodísimos en la parte de abajo (en donde puedes fumar porros sin que nadie te diga nada). Es uno de los sitios mejores para esconderse del mundo o para arrancar confesiones. También hacen conciertos y echan ciclos de cine, pues están al lado de una tienda llama Toma 3, especializada en cine. La tienda la lleva un chico que se llama Tono. Es un poco gilipollas, pero se parece un poco a Mat Dillon y tiene una conversación interesante sobre cine y lo que se te ocurra. Frente a esa tienda está una de discos de segunda y primera mano llamada La Bomba Records, donde puedes encontrar alguna que otra rareza. La tienda está en el Centro Comercial San Agustín, que tiene los únicos cines céntricos de la ciudad.
La Vida Alegre lleva poco tiempo en pie, pero es un sitio muy majo, bien de precio y la dueña es cantante de Jazz, así que exquisito con la música. Si no quebró ya justo frente a La Vida Alegre hay otro local llamado La Caja de los Músicos, medio bar medio asociación cultural, donde puedes escuchar jam sessions de las de verdad.

Otra tienda que no puedes dejar de visitar es Paradiso, en la Calle de la Merced. Es una de las librerías más antiguas de Gijón. Tiene el piso de madera, un altillo y una selección muy muy buena de libros (alguno de ellos de autores asturianos). El dueño, bajito y regordete, se llama Chema. Puedes perder horas allí hojeando libros y te puedes fiar de las recomendaciones de Chema. En frente de la librería hay una tienda de tés llamada Tea Sinensis, así que tienes libros y té a menos de 30 metros.
La placita que está nada más empezar la calle se llama por los gijoneses "la plaza del parchís". Ahora creo que está en obras. En la plaza está un edificio llamado el "Antiguo Instituto Jovellanos", con una cafetería donde la wifi funciona genial y tienen buenos pinchos, alguna exposición temporal e información sobre la ciudad y lo que puedes ver o hacer allí. También dan conferencias, hacen cursos, hay conciertos... Entra y échale un vistazo a los folletos.
Justo al lado está la Biblioteca. Es un edificio bonito, con una gran claraboya y todos los periódicos y revistas que quieras para hojear.
En la Calle San Bernardo está una de las sidrerías más típicas de Gijón, que se llama El Globo. Te aconsejo que, si los tienen, pruebes los Oricios. Son erizos de mar que no se comen en otras regiones.
Para ir a pasear también tienes el Parque Isabel la Católica, donde puedes ver emús y pavos reales albinos, además de patos, rosas y columpios para niños que parecen un parque de atracciones. En el Parque está el Parador. En el Parador se quedaron los Rolling Stones cuando vinieron a Gijón, así que si te quedas por la noche puede ser que duermas en la cama de Mick Jagger sin saberlo... En cualquier caso es un buen lugar para comer.
Hay otro hotel guapo para tomar un vino (poco más, porque es un poco burgués y hortera, pero para un vino tiene su punto) que es el Begoña Park.
Con coche puedes ir a más sitios (como Casa Yoli en Deva), pero por esta vez nos centraremos en la ciudad.
Si te gustan los pinchos de tortilla te aconsejo los del Café Gijón, que está en Fomento. Es un local muy muy agradable, con zona para no fumadores y objetos antiguos. Por la noche, sin embargo, evita esa zona, que está llena de pijos.
Como museos te puedo recomendar el Revillagigedo y el Barjola (los dos en Cimadevilla). El Revillagigedo era un antiguo palacio y tiene exposiciones bastante chulas. El Barjola es más moderno y hace unos catálogos de las exposiciones impresionantes.
Un poco más lejos de la ciudad está el Museo Evaristo Valle. No es que la pintura sea gran cosa, pero tiene un jardín delicioso. Vale la pena darse el paseo.
También un poco a desmano (por Cabueñes) tienes el Jardín Botánico y la Laboral. El Jardín Botánico no es muy allá como Botánico, pero es un paseo precioso (la pena es que haya que pagar por pasear) y la Laboral es una construcción tipo El Escorial en pequeñito donde ahora han puesto un museo de arte ultramoderno. Yo no he estado nunca así que no te puedo decir, pero se han gastado una pasta en él y además el sitio es muy guapo, así que vale la pena echar un vistazo.
Al otro lado del parque Isabel la Católica está el estadio de fútbol, el Molinón, sólo en el caso que seas forofa de nuestro deporte nacional.
Si un día quieres desayunar a lo bestia te aconsejo las tortitas de chocolate con nata del Dindurra. El Dindurra es el café más antiguo de Gijón. Está comunicado con el Teatro Jovellanos y es de esos sitios viejos, llenos de viejos, pero con mucho sabor. Las ventanas dan al paseo Begoña.
En el Teatro Jovellanos suele haber cosas interesantes. Ahora creo que lo están reformando, pero no sé hasta qué punto ni si conservará su encanto y sus chirrionas butacas de cuero.
Olvido muchas cosas, pero es un principio para descubrir la ciudad poco a poco.

Monday, August 17, 2009

Regreso

Todo acaba por volver al lugar al que pertenece.
La reina deja bookaffinity (o bookaffinity deja a la reina) para regresar a su casa de siempre. Hasta nueva orden reconstruiré aquí mi taller.