Monday, April 03, 2006

Hagámoslo

Escribe la carta de un suicida. O tu propia carta si te suicidaras. O una parodia de la carta que nunca escribirás.

Todo suicidio es, en el fondo, una venganza.




Grado de dificultad: 4

4 comments:

Anonymous said...

El suicidio es un hecho, y es siempre posible como tal. No siempre es una venganza, aunque la mayor parte de las veces el suicidio se ejecuta CONTRA alguien.

Creo que toda venganza es una deformación de la reconciliación, eso sí. Ambas son hijas de la afrenta y se alimentan del mítico valor del que los suicidas hacen uso una sola vez. Perdonar es más difícil porque la acción se mantiene largo tiempo. Tengo un metabolismo emocional especial, dotado de una extraña glándula parecida al páncreas, que transforma toda venganza en una petición de perdón. Se consuma la venganza sobre mí o el suicidio contra mí y sonrío aliviado de que todos estemos por fin a salvo de la culpa.

La carta del suicida es un excelente ejercicio, pero empezaría a prestar un poco de atención a la forma. Propongo que escribáis un anónimo, de los de las películas, de trozos de revistas y carteles publicitarios y cajetillas de tabaco... sólo palabras sueltas de aquí y de allá, despojad las palabras de su encierro y hacedlas vuestras. El tema, mejor lo propondrá la reina a quien rindo pleitesía, y pido disculpas por haberme colado aquí sin invitación; creo que los que no estamos mordidos por la angustia no podemos aspirar a escribir, tarea de magos.

5181553 said...

Los peregrinos son bien recibidos en palacio.
Descanse, tome un vaso de vino y un poco de asado. Pero recuerde, los peregrinos no se pueden quedar eternamente (al menos como peregrinos).

No necesitamos tema para el anónimo. Será lo que elijamos o lo que elija la séptima palabra que saquemos del sombrero.

Anonymous said...

En este tema habría que consultar a los "expertos"; pero se da la terrible paradoja de que los expertos son "insólitos".

(Apunte: lo insólito no es lo nuevo, sino aquello que sólo sucede una vez o sólo puede ser dicho una vez)

5181553 said...

No osaría tocar a nadie. Ni siquiera a los reyes. Para poder tocar hay que ser más sabia de lo que yo seré jamás. Pero acomódese. Comienza la primavera y el castillo aún tiene mil secretos en sus corredores.