Saturday, December 01, 2012

Palabras que regresan

Hoy me ha llegado el recuerdo de este texto que escribí una vez y que una amiga guarda, como un tesoro, en una de sus libretas. Lo copio acá, con la alegría de alguien a quien devuelven un trozo de sí misma.


BIBLIOTECA PERFECTA
Me gustaría tener un sólo libro. Un sólo libro de páginas gastados, con quien poder estar cuando me siento sola, al que poder recurrir cuando busco respuestas difíciles, o cuando busco preguntas, o cuando no busco nada. Un sólo libro que supiera reflejar todas las situaciones de mi vida, todos mis pensamientos. Que la belleza de sus conocidas frases me lograra llevar siempre al borde de las lágrimas. Pero uno sólo. Un libro cruel que se atreviera a decirme la verdad cuando todos me mienten.
Un libro que sólo fuera mío, que nadie más pudiera acudir a él. Tenerlo siempre entre mis manos y que fuera él quien se sujetara. Pero sólo a mí, que fuera el libro de un antiguo poeta, de un viejo escritor muerto y olvidado por todos y que sólo en mis brazos hallaran un eco sus palabras. Un libro que nadie pudiera manchar con sus ojos. Un libro sobre el cual no pudiera escribir nada, porque lo que escribiera llevaría más de mi misma que del propio libro. Un libro viejo y feo. Sin dibujos. Sin letras de colores. Con páginas gastadas y amarillas.

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